“Configuraciones” alude a la visibilidad de elementos que fluyen o son inestables y se relacionan entre ellos tomando una forma determinada en un momento concreto. El término suele referirse a agrupaciones de elementos naturales definidas por formas derivadas de sus cualidades físicas o energéticas, formas para las que no hay palabras en el pensamiento humano.
La coincidencia de frecuencias sonoras o electromagnéticas está en la base del concepto de resonancia, que el artista utiliza para referirse a la relación posible entre el paisaje y la geometría, dibujada por una materia tan inconsistente y sutil como la luz. Ajeno a las manipulaciones de imágenes, Javier Riera trabaja directamente sobre la naturaleza en busca de una experiencia “en el espacio y tiempo reales del paisaje”. La geometría es para él la llave que permite abrir la visibilidad a cualidades y dimensiones latentes en los espacios naturales.
La exposición trata de integrar la experiencia física con la reflexión sobre el modo en que las imágenes se construyen en nuestra mente, permanecen en ella o se desprenden y desaparecen. La luz real como generadora de la imagen en la cianotipia y en la fotografía, la luz imaginaria como luz interior de la mente, que necesita la palabra pero también sueña y piensa en imágenes como, al parecer, hacen los animales.